III Congreso PCC

Del 4 al 7 de febrero de 1986

En el X Pleno del Comité Central del PCC se acordó hacer pública la convocatoria para el primero de enero de 1985, fecha en que se celebraba el 26 aniversario del triunfo de la Revolución. A partir de su publicación en la prensa nacional el 2 de enero de 1985, se inició oficialmente el camino hacia la realización del III Congreso, cuyas palabras de apertura fueron pronunciadas por el compañero Raúl Castro.

Este Congreso tuvo la peculiaridad de celebrarse en dos partes, una en febrero y otra a finales de noviembre del mismo año, con el objetivo de permitir el debate popular sobre el nuevo Proyecto de Programa del PCC.

En su afán de amedrentar a los cubanos, Estados Unidos  continuaron con  la intensificación del bloqueo, la realización de actos terroristas entre los cuales sobresalen la incursión de aviones espías SR-71 Black Bird de la Fuerza Aérea, que invadieron el espacio aéreo cubano, y el comienzo el 20 de mayo de 1985 de las trasmisiones subversivas de la mal llamada «Radio Martí«, en un intento de crear tensiones y conflictos alrededor del país, lo que motivó la ruptura de los acuerdos migratorios suscritos en diciembre de 1984, relacionados con los viajes desde Estados Unidos hacia Cuba y las comunicaciones entre ambos países.

A pesar de las circunstancias adversas y de los efectos que tuvieron sobre la economía la continua sequía, los efectos del huracán «Kate», la depresión sostenida de los precios del azúcar y los derivados del petróleo en el mercado capitalista, durante el quinquenio los avances y logros en el desarrollo económico y social del país continuaron en ascenso, alcanzando el Producto Social Global un aumento de 7.3 % por encima del 5% previsto (1).

El crecimiento sostenido de la economía requirió un fuerte impulso del sector de la construcción, el cual creció a un ritmo anual de 9,5%.(2)

La producción azucarera por su parte aumentó 12,2% (3) con respecto al período anterior, alcanzándose producciones estables del producto, que generaba el principal renglón de exportación del país . En la época todos los centrales azucareros pasaron a convertirse en complejos agroindustriales. En este sentido el país fue uno de los  más destacados en el aprovechamiento industrial de los subproductos de la agroindustria azucarera, por su elevado uso en la alimentación animal y su utilización en la fabricación de tableros de bagazo, entre otros productos derivados.

Fue un período en el que surgieron iniciativas trascendentales para la salud pública como la creación del destacamento de ciencias médicas » Carlos J. Finlay» y el Sistema de Atención Primaria a la población con los médicos y enfermeras de la familia, los cuales, junto a los demás trabajadores de la salud, libraron en 1981, la batalla contra la epidemia de dengue hemorrágico, resultado de una nueva agresión imperialista. Esta fue la razón que motivó que los esfuerzos por convertir al país en una potencia médica se multiplicaran, creando nuevas infraestructuras, equipamientos y fortaleciendo los servicios higiénico-epidemiológicos.

En el plano de las políticas laborales y de seguridad social se promulgó, el 28 de diciembre de 1984, el primer Código de Trabajo de la historia cubana, en el marco de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que unificaba en un solo cuerpo legal las normas fundamentales aplicables en las relaciones laborales. El documento deroga 46 disposiciones legales vigentes y modifica 4, entre ellas las relacionadas con las regulaciones sobre el trabajo de la mujer, incluyendo la disposición sobre la mujer embarazada, así como la jornada máxima de trabajo.

Como parte del  análisis crítico sobre el desarrollo socio-económico, la dirección del país, junto al pueblo cubano, protagonizaron el inicio del  proceso de rectificación de errores y tendencia negativa, que tendría lugar a partir el año 1986.

Esta etapa de consolidación de la Revolución Cubana sucedía en un período en que la situación internacional ha sido una de las más tensas y complejas de la posguerra, caracterizada por una creciente amenaza a la paz mundial, el acercamiento peligroso de la guerra nuclear y marcado por la crisis de la deuda externa.

La responsabilidad por ese agravamiento de las condiciones internacionales recae en el imperialismo norteamericano, y, en particular, en la administración del presidente Reagan, al postular una política exterior fascista y de manipulación de la opinión pública.

El gobierno  norteamericano aprovechó como pretexto el secuestro de un avión norteamericano por un comando chiita, para levantar una campaña propagandística sobre el terrorismo, con el objetivo de justificar y arrogarse el derecho de actuar y decidir sin tener en cuenta la soberanía de los países implicados. En ese sentido el periodo se caracterizó por la invasión y ocupación de la pequeña isla de Granada  y la guerra sucia contra Nicaragua con el objetivo de destruir la Revolución Sandinista, forzarla a capitular y a aceptar las condiciones del imperialismo.

En el caso de Cuba, se proyectó con una extrema agresividad,  entorpeciendo las operaciones comerciales y financieras, al mismo tiempo que proclamaba la elaboración de nuevos planes de agresión militar y de subversión contra la Isla.

Desde la conclusión del II Congreso, se desarrolló una serie actividades con el objetivo de sentar las bases para el cumplimiento de las tesis y resoluciones adoptadas en la última reunión. Se efectuaron los Plenos del Comité Central del PCC y proyectos del Plan de Desarrollo Económico y Social. También se realizó el 16 de enero de 1984 el Activo Nacional del PCC acerca de la Rentabilidad de las Empresas, sobre los factores que perjudican la eficiencia económica en las empresas de la esfera de producción material; y el Activo Nacional del Partido sobre la Eficiencia Económica de la Actividad Presupuestada el 14 de enero de 1985, que abordó los temas relacionados con la forma más eficaz de mejorarla y de ahorrar recursos materiales, laborales y financieros.

«Al tercer Congreso con mayor eficiencia en la producción y la defensa» fue la consigna utilizada en el desarrollo de las múltiples actividades de saludos que realizaron las organizaciones de masa a lo largo del año.

El Informe Central refleja el trabajo realizado en el cumplimiento de las directivas del quinquenio 1981-1985, destacando su importancia para la estrategia de desarrollo hasta el año 2000. Fueron aprobados los lineamientos económicos y sociales para el quinquenio 1986- 1990, resoluciones sobre la división político-administrativa del país, modificaciones a los Estatutos del Partido, así como la resolución sobre el perfeccionamiento del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía, que abarcaba, entre otros aspectos, los relacionados con la esfera de planificación, la financiero-crediticia, la esfera del trabajo, salarios y estímulos, así como la gestión empresarial de los organismos de la administración central del estado.

Por su parte, la sesión diferida realizada en diciembre de 1986, estuvo caracterizada por el debate sobre la marcha del proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, convocado por el Primer Secretario del PCC en el  mes de abril, y que, desde entonces, ha estado presente en la sociedad, así como por la discusión en torno a los problemas de las deficiencias en la construcción del socialismo cubano, ocupando un tema primordial la educación. Finalmente, se analizó y aprobó el Programa del Partido Comunista de Cuba, que ofrece un panorama de la lucha del pueblo cubano por la independencia nacional y traza los objetivos y las tareas del PCC para culminar la construcción del socialismo. Este último punto abarca la estrategia económica, así como la política a seguir en la esfera social, la educación, la ciencia y la cultura general; las relaciones exteriores; la defensa de la patria; el trabajo ideológico; y la organización política de la sociedad.

Ambas sesiones se realizaron en el Palacio de Convenciones y a la primera asistieron 1.784 delegados y alrededor de 500 invitados nacionales y extranjeros, mientras que en la sesión diferida participaron 1.723 delegados.

Del debate quedaron aprobadas las tesis y resoluciones siguientes:

El Buró Político y el Secretariado quedaron constituidos por:

Buró Político

  • Fidel Castro Ruz
  • Raúl Castro Ruz
  • Juan Almeida Bosque
  • Julio Camacho Aguilera
  • Osmani Cienfuegos Gorriarán
  • Abelardo Colomé Ibarra
  • Vilma Espín Guillois
  • Armando Hart Dávalos
  • Esteban Lazo Hernández
  • José Ramón Machado Ventura
  • Pedro Miret Prieto
  • Jorge Risquet Valdés-Saldaña
  • Carlos Rafael Rodríguez Rodríguez
  • Roberto Veiga Menéndez

Secretariado

  • Primer Secretario: Fidel Castro Ruz
  • Segundo Secretario: Raúl Castro Ruz
  • José Ramón Machado Ventura
  • Jorge Risquet Valdés-Saldaña
  • Julián Rizo Alvarez
  • José Ramón Balaguer Cabrera
  • Sixto Batista Santana
  • Jaime Crombet Hernández-Baquero
  • Lionel Soto Prieto

Miembros suplentes

  • Luis Alvarez de la Nuez
  • Senén Casas Regueiro
  • José Ramón Fernández Alvarez
  • Yolanda Ferrer Gómez
  • Raúl Michel Vargas
  • José Ramírez Cruz
    Julián Reo Alvarez
  • Ulises Rosales del Toro
  • Rosa Elena Simeón Negrín
  • Lázaro Vázquez García

Presidente del Comité Nacional de Control y Revisión

  • Juan Almeida Bosque

El Comité Central quedó constituido por 225 miembros (146 efectivos y 79 suplentes), un Secretariado de nueve miembros y un Buró Político de 24 integrantes (14 efectivos y 10 suplentes).

El congreso fue clausurado oficialmente una vez concluída la Sesión Diferida, en el  Palacio de Convenciones. Su Primer Secretario, Fidel Castro, lo cerró con un discurso en el que declaraba la aprobación del Programa del Partido Comunista de Cuba, el día en que se cumplía el XXX aniversario del desembarco del Granma.

Por su parte la prensa cubana se hizo eco del evento y  dejó constancia de los debates realizados en las diferentes sesiones.

Consulte además:

Fuentes citadas:

[1] Informe Central Tercer Congreso del Partido Comunista de Cuba. Editora Política, La Habana, 1986. p. 1

[2] idem p. 2

[3] idem p. 4

Fuentes Consultadas

  1. El PCC arriba a su III Congreso más fuerte, cohesionado y organizado que nunca, cada vez más arraigado en el seno de la clase obrera y en el resto de las masas populares. Granma, 3era edición, 5 de febrero de 1986
  2. Amplio y profundo debate sobre la marcha del proceso de rectificación de errores. Granma, 3era edición, 1 de diciembre de 1986, p 1
  3. Mayoral, Maria J. El congreso que marcó el viraje. Granma, 4 de octubre de 1997. p. 5
  4. Principales acontecimientos mundiales de 1985. Granma, 3era edición, 25 de diciembre de 1985. p 4-5
  5. Dictamen sobre el Proyecto del Código de Trabajo. Gramna, 3era edición, 29 de diciembre de 1984, p.6